Las cámaras analógicas son dispositivos que capturan imágenes mediante un proceso químico en lugar de uno digital. Estas cámaras, que se utilizaron principalmente hasta la década de 1990, se basan en películas fotográficas que registran la luz a través de una reacción química. Cuando tomas una fotografía, el obturador se abre, permitiendo que la luz incida en la película, que está recubierta con una emulsión sensible a la luz. Una vez expuesta, la película debe revelarse en un proceso que requiere varios pasos químicos para transformar las imágenes invisibles en fotografías visibles.